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martes, 19 de abril de 2011

VIA CRUCIS
ORACIÓN INICIAL
        En el nombre del Padre y del Hijo, y del Espíritu Santo.
        R/. Amén.
        "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese así mismo, tome su cruz y sígame" (Mt 16, 24).
        Viernes Santo por la tarde. Desde hace veinte siglos, la Iglesia se reúne esta tarde para recordar y revivir los acontecimientos de la última etapa del camino terreno del Hijo de Dios. Hoy, como cada año, la Iglesia que está en Roma se congrega en el Coliseo para seguir las huellas de Jesús que, "cargando con su cruz, salió hacia el lugar llamado Calvario, que en hebreo se llama Gólgota" (Jn 19, 17).
I ESTACIÓN
JESÚS ES CONDENADO A MUERTE

Los acusadores intuyen esta debilidad de Pilato y por eso no ceden. Reclaman con obstinación la muerte en cruz. Las decisiones a medias, a las que recurre Pilato, no le sirven de nada. No es suficiente infligir al acusado la pena cruel de la flagelación. Cuando el Procurador presenta a la muchedumbre a un Jesús flagelado y coronado de espinas, parece como si con ello quisiera decir algo que, a su entender, debería doblegar la intransigencia de la plaza. Señalando a Jesús, dice: "Ecce homo!". "Aquí tenéis al hombre".
        Pero la respuesta es: "¡Crucifícalo, crucifícalo!". Pilato intenta entonces negociar: "Tomadlo vosotros y crucificadle, porque yo ningún delito encuentro en él" (cf. Jn 19, 5-7).
Comentario:
Jesús no había cometido algún mal. Sin embargo, la gente lo condenaba porque no lo creían rey de los judios. La multitud cometió un error grandísimo al pedir que lo crucifíquen, al igual que Pilatos, al dejar que esto suceda y no creer en Jesucristo. Jesús no merecía ser condenado a muerte.





II ESTACIÓN

JESÚS CARGA CON LA CRUZ A CUESTAS

La cruz. Instrumento de una muerte infame. No era lícito condenar a la muerte en cruz a un ciudadano romano: era demasiado humillante. Pero el momento en que Jesús de Nazaret cargó con la cruz para llevarla al Calvario, marcó un cambio en la historia de la cruz. De ser signo de muerte infame, reservada a las personas de baja categoría, se convierte en llave maestra. Con su ayuda, de ahora en adelante, el hombre abrirá la puerta de las profundidades del misterio de Dios. Por medio de Cristo, que acepta la cruz, instrumento del propio despojo, los hombres sabrán que "Dios es amor".
Comentario:
Jesúa inició su Via Crucis cargándo la cruz, en un acto de amor y reflejándo en esa cruz nuestros pecados. Jesús carga la cruz por nuestros pecados cometidos y por  condernarlo a muerte.



III ESTACIÓN
JESÚS CAE POR LA PRIMERA VEZ



        Jesús cae y se levanta. De este modo, el Redentor del mundo se dirige sin palabras a todos los que caen. Les exhorta a levantarse. "El mismo que, sobre el madero, llevó nuestros pecados en su cuerpo, a fin de que, muertos a nuestros pecados, viviéramos para la justicia; con cuyas heridas habéis sido curados" (1 Pe 2, 24).
Comentario:
Jesús sufrió durante este doloroso camino, teniéndo su primera caída mdurante ese camino de sufrimiento. En el que Jesús sabía  que iba a morir.


IV ESTACIÓN
JESÚS ENCUENTRA A SU MADRE




María, sin embargo, recuerda que tiempo atrás, al oír el anuncio del Ángel, había contestado: "Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra" (Lc 1, 38). Ahora ve que aquellas palabras se están cumpliendo como palabra de la cruz. Porque es madre, María sufre profundamente. No obstante, responde también ahora como respondió entonces, en la anunciación: "Hágase en mí según tu palabra". De este modo, maternalmente, abraza la cruz junto con el divino Condenado. En el camino hacia la cruz, María se manifiesta como Madre del Redentor del mundo.
Comentario:
Su madre, María, muy adolorida, sabía que su hijo tenía que pasar por esto, por esto dejó a su hijo querido, a pesar de que ella lo cuidó desde pequeño.

V ESTACIÓN
SIMÓN DE CIRENE LLEVA LA CRUZ DE JESÚS
Obligaron a Simón (cf. Mt 15, 21). Los soldados romanos lo hicieron temiendo que el Condenado, agotado, no lograra llevar la cruz hasta el Gólgota. No habrían podido ejecutar en él la sentencia, de la crucifixión. Buscaban a un hombre que lo ayudase a llevar la cruz. Su mirada se detuvo en Simón. Lo obligaron a cargar aquel peso. Se puede uno imaginar que él no estuviera de acuerdo y se opusiera. Llevar la cruz junto con un condenado podía considerarse un acto ofensivo de la dignidad de un hombre libre. Aunque de mala gana, Simón tomó la cruz para ayudar a Jesús.
Comentario:
En los momentos más difíciles del Vía Crucis. Simón de Cireneo ayuda al Señor. Yo pienso que el Cireno hizo bien en ayudarlo, porque así Jesús no caería más por nuestros pecados.
VI ESTACIÓN
LA VERÓNICA ENJUGA EL ROSTRO DE JESÚS








 La Verónica no aparece en los Evangelios. No se menciona este nombre, aunque se citan los nombres de diversas mujeres que aparecen junto a Jesús. Puede ser, pues, que este nombre exprese más bien lo que esa mujer hizo. En efecto, según la tradición, en el camino del calvario una mujer se abrió paso entre los soldados que escoltaban a Jesús y enjugó con un velo el sudor y la sangre del rostro del Señor. Aquel rostro quedó impreso en el velo; un reflejo fiel, un "verdadero icono". A eso se referiría el nombre mismo de Verónica. Si es así, este nombre, que ha hecho memorable el gesto de aquella mujer, expresa al mismo tiempo la más profunda verdad sobre ella.
Comentario:

 En otro timpo el rostro de nuestro Señor, era un rostro hermosísimo, pero ahora se encuentra lleno de sudor y sagre, convertido en un rostro lleno de sufrimiento, tras este Vía Crucis. Entonces, la Verónico lo vio tan humillado que lo ayudo, secándole el rostro con un mantel , y al hacerlo. Jesús dejo la imagen de su rostro en el mantel.

 
VII ESTACIÓN
JESÚS CAE POR SEGUNDA VEZ



"Y yo gusano, que no hombre, vergüenza del vulgo, asco del pueblo" (Sal 22 [21] 11, 7). Vienen a la mente estas palabras del salmo mientras contemplamos a Jesús, que cae por segunda vez bajo la cruz.
        En el polvo de la tierra está el Condenado. Aplastado por el peso de su cruz. Cada vez más le fallan sus fuerzas. Pero, aunque con gran esfuerzo, se levanta para seguir el camino:
      ¿Qué nos dice a nosotros, hombres pecadores, esta segunda caída? Más aún que de la primera, parece exhortarnos a levantarnos, a levantarnos otra vez en nuestro camino de la cruz.
Comentario:
Siguió cayéndo con la cruz, esa que cambió su historia, cayéndo Jesús como un humillado por los judíos, siguió su camino hacia la cruz.
VIII ESTACIÓN
JESÚS CONSUELA A LAS MUJERES DE JERUSALÉN





        "Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí; llorad más bien por vosotras y por vuestros hijos. Porque llegarán días en que se dirá: ¡Dichosas las estériles, las entrañas que no engendraron y los pechos que no criaron! Entonces se pondrán a decir a los montes: ¡Caed sobre nosotros! Y a las colinas: ¡Cubridnos! Porque si en el leño verde hacen esto, en el seco ¿qué se hará?" (Lc 23, 28-31). 
        Son las palabras de Jesús a las mujeres, que lloraban mostrando compasión por el Condenado. "No lloréis por mí; llorad más bien por vosotras y por vuestros hijos". Entonces era verdaderamente difícil entender el sentido de estas palabras. Contenían una profecía que pronto habría de cumplirse. Poco antes, Jesús había llorado por Jerusalén, anunciando la horrenda suerte que le iba a tocar. Ahora, Él parece remitirse a esa predicción: "Llorad por vuestros hijos...". Llorad, porque ellos, precisamente ellos, serán testigos y partícipes de la destrucción de Jerusalén, de esa Jerusalén que "no ha sabido reconocer el tiempo de la visita" (Lc 19, 44).
Comentario:
Jesús mayormente hablaba con muchas mujeres, predicaba la buena nueva, pero ahora era otro momento muy diferente. La mujeres lloraban por él, él en cambio, decía que lloren por sus hijos, por que serán testigos de la destrucción de Jerusalén.
IX ESTACIÓN
JESÚS CAE POR TERCERA VEZ



 
Cristo se desploma de nuevo a tierra bajo el peso de la cruz. La muchedumbre que observa, está curiosa por saber si aún tendrá fuerza para levantarse.
        San Pablo escribe: "El cual, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios. Sino que se despojó de sí mismo tomando condición de siervo haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en su porte como hombre; y se humilló a sí mismo obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz" (Flp 2, 6-8).
Comentario:
      Jesús cae, pero ahora por tercera y última vez, cada vez más cerca de su crucificación. Es increíble que aún siga teniéndo fuerzas, Jesús al cargar la cruz.

X ESTACIÓN

JESÚS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS, LE DAN A

BEBER HIEL Y VINAGRE


No quiso calmantes, que le habrían nublado la conciencia durante la agonía. Quería agonizar en la cruz conscientemente, cumpliendo la misión recibida del Padre.
        En  efecto, Él debe subir a la cruz para ofrecer el sacrificio de la Nueva Alianza. Él es Sacerdote. Debe entrar mediante su propia sangre en la morada eterna, después de haber realizado la redención del mundo (cf. Hb 9, 12).
       Hay que comprender profundamente el sacrificio de Cristo, es necesario unirse a él para no rendirse, para no permitir que la vida y la muerte pierdan su valor.
Comentario:

Jesús después de ser tratado como un gusano, es despojado de sus vestiduras. Jesús tenía que sufrir en la cruz, por eso que no necesito nada para calmar el dolor.


XI ESTACIÓN


JESÚS ES CLAVADO EN LA CRUZ


Los golpes de los soldados aplastan contra el madero de la cruz las manos y los pies del condenado. En las muñecas de las manos, los clavos penetran con fuerza. Esos clavos sostendrán al condenado entre los indescriptibles tormentos de la agonía. En su cuerpo y en su espíritu de gran sensibilidad, Cristo sufre lo indecible. 
        Junto a él son crucificados dos verdaderos malhechores, uno a su derecha y el otro a su izquierda. Se cumple así la profecía: "con los rebeldes fue contado" (Is 53, 12).
        Cuando los soldados levanten la cruz, comenzará una agonía que durará tres horas. Es necesario que se cumpla también esta palabra: "Y yo cuando sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí" (Jn 12, 32).
Comentario:
Sabía ya, Jesús que iba a ser crucificado y luego iba a morir, por nuestros pecados. Sin embargo
este Via Crucis y esta crucificación se repite a diario, al pecar.      
XII ESTACIÓN
JESÚS MUERE EN LA CRUZ





  "Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen" (Lc 23, 34). En el culmen de la Pasión, Cristo no olvida al hombre, no olvida en especial a los que son la causa de su sufrimiento.
        "Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en el paraíso" (Lc 23, 43). Así responde Jesús a la petición del malhechor que estaba a su derecha: "Jesús, acuérdate de mí cuando estés en tu Reino" (Lc 23, 42). La promesa de una nueva vida.
        A los pies de la cruz estaba la madre, y a su lado el discípulo, Juan evangelista. Jesús dice:"Mujer, ahí tienes a tu hijo. Luego dice al discípulo: Ahí tienes a tu madre" (Jn 19, 26-27). "Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa" (Jn 19, 27).
        Poco después, Jesús exclama: "Tengo sed" (Jn 19, 28). Palabra que deja ver la sed ardiente que quema todo su cuerpo. Es la única palabra que manifiesta directamente su sufrimiento físico. Después Jesús añade: "¡Dios mio, Dios mío! ¿por qué me has abandonado?" (Mt 27, 46; cf. Sal 21 [22], 2); son las palabras del Salmo con el que Jesús ora.
El diálogo se desarrollará ya sólo entre el Hijo que muere y el Padre que acepta su sacrificio de amor.

       Cuando llega la hora de nona, Jesús grita: "¡Todo está cumplido!" (Jn 19, 30). Ha llevado a cumplimiento la obra de la redención. La misión, para la que vino a la tierra, ha alcanzado su propósito.

XIV ESTACIÓN


EL CUERPO DE JESÚS ES PUESTO EN EL SEPULCRO





 "Fue crucificado, muerto y sepultado...". El cuerpo sin vida de Cristo fue depositado en el sepulcro. La piedra sepulcral, sin embargo, no es el sello definitivo de su obra. La última palabra no pertenece a la falsedad, al odio y al atropello. La última palabra será pronunciada por el Amor, que es más fuerte que la muerte.
                Esta vigilia acabará con el encuentro en el sepulcro, el sepulcro vacío del Salvador. Entonces el sepulcro, testigo mudo de la resurrección, hablará. La losa levantada, el interior vacío, las vendas por tierra, será lo que verá Juan, llegado al sepulcro junto con Pedro: "Vio y creyó" (Jn 20, 8). Y, con él, creyó la Iglesia, que desde aquel momento no se cansa de transmitir al mundo esta verdad fundamental de su fe: "Cristo ha resucitado de entre los muertos, primicia de todos los que han muerto" (1 Co 15, 20).
Comentario:
 

El cuerpo tendría que ser dejado en el sepulcro y resucitar al tercer día de muerto. Jesús fue un gran Maestro y cumpliría lo dicho a sus discípulos, de resucitar al tercer día.
LA PASIÓN DE CRISTO NO SE PUEDE ENTENDER
SIN EL CAMINO A EMAUS

 

      
  Lo demás pertenece al Padre: "Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu" (Lc 23, 46). Dicho esto, expiró. "El velo del Templo se rasgó en dos..." (Mt 27, 51). El "santo de los santos" en el templo de Jerusalén se abre en el momento en que entra el Sacerdote de la Nueva y Eterna Alianza.
Comentario:
Para esto vino al mundo, para esto nació y fue enviado por su Padre, al mundo. Jesús fue sometido a una de las peores formas de muerte que pueda existir, el ser crucificado, por nuestros pecados.

XIII ESTACIÓN

JESÚS ES BAJADO DE LA CRUZ Y ENTREGADO A SU


MADRE


Los Evangelios no hablan de lo que ella experimentó en aquel instante. Es como si los evangelistas, con el silencio, quisieran respetar su dolor, sus sentimientos y sus recuerdos. O, simplemente, como si no se considerasen capaces de expresarlos. Sólo la devoción multisecular ha conservado la imagen de la "Piedad", grabando de ese modo en la memoria del pueblo cristiano la expresión más dolorosa de aquel inefable vínculo de amor nacido en el corazón de la Madre el día de la anunciación y madurado en la espera del nacimiento de su divino Hijo.
Comentario:
Seguro su Madre se sentiría tan mal, por la muerte de su Hijo, sobre todo al recibir el cuerpo.
Palabras del Papa al concluir el Viacrucis en el Coliseo de Roma
"¿No era necesario que el Cristo padeciera eso y entrara así en su gloria?" (Lc 24, 26). 
"Nosotros esperábamos que sería él el que iba a librar a Israel; pero, con todas estas cosas, llevamos ya tres días desde que esto pasó" (Lc 24, 21). 
        "Nosotros esperábamos...". Los discípulos están desanimados y abatidos. También para nosotros es difícil entender por qué la vía de la salvación deba pasar por el sufrimiento y la muerte.
Comentario:

Los dicípulos, se desesperaban por que no creían que esto sucedería y dudaban de él.
Al resucitar, la iglesia celebra la mayor fiesta en el año litúrgico.

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